Reino: Plantae
División: Spermatophyta
Subdivisión: Magnoliophytina
Clase: Magnoliopsida
Orden: Rosales
Familia: Rosaceae
Género: Rosoideae
Especie: M. moquiniana
Descripción:
Tronco: fino y quebradizo, recubierto de una fina corteza de
color pardo que se desprende en placas irregulares al envejecer.
Hojas: compuestas, péndulas y de hasta más de 20 cm de
largo. Se sitúan en el extremo de las ramas, formando unos característicos
ramos colgantes. Cada hoja tiene un número impar de hojuelas (pinnas) de pequeño tamaño y consietencia herbácea. Son
opuestas, más o menos ovaladas y con el margen regularmente dentado.
Flores: diminutas,
unisexuales, que crecen en pies diferentes (planta dioica). Se desarrollan
agrupadas en espigas colgantes de pequeño tamaño: las masculinas son de color
verdoso-amarillento y las femeninas de color rojizo-purpúreo.
Frutos: pequeños, secos, alados
y de color parduzco.
Arbusto de hasta 4 m de alto con abundantes
ramificaciones que dan lugar a una copa de aspecto lánguido y coloración
azul-verdosa. Presenta una finísima capa de polvo rojizo que recubre la parte
terminal de sus ramas, lo que le da el nombre vulgar a la especie. Florece en
verano y otoño.
Reproducción:
Por semillas.
Ecología:
Especie propia de barrancos, laderas rocosas
y acantilados de la zona baja y media.
Ecosistema:
Monteverde.
Piso bioclimático:
Mesomediterráneo.
Distribución:
Endemismo canario que se encuentra en las
islas de La Gomera, Tenerife y Gran Canaria.
Usos:
Planta utilizada como ornamental, así como
por sus propiedades medicinales. El cocimiento de su raíz se ha empleado como
astringente, y el zumo de sus tallos para desinfectar y cicatrizar llagas o
heridas externas.
Nivel de protección:
Actualmente esta especie no se encuentra ni en el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias, ni en el Catálogo de Protección Estatal.
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